¿Qué es el SIBO?
El SIBO, o Síndrome de Intestino Delgado con Bacterial Overgrowth, es una condición en la cual hay un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. Aunque es natural tener bacterias en el intestino, algunas de ellas beneficiosas. También puede darse el caso de bacterias perjudiciales o poco comunes en esta área del tracto digestivo, alterando así la microbiota. Esto puede causar una serie de síntomas gastrointestinales, como hinchazón abdominal, flatulencia, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y fatiga. Es importante conocerlo porque puede afectar significativamente la calidad de vida y el bienestar general.
¿Cuáles son los síntomas?
- Aumento de gases.
- Diarrea o estreñimiento.
- Dolor abdominal.
- Distensión o hinchazón abdominal.
- Sensación de saciedad después de comer.
- Pérdida de peso.
- Fatiga.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser similares a otras enfermedades como el síndrome del intestino irritable.
¿Quién descubrió el SIBO?
Aunque parece reciente, debido a los numerosos diagnósticos, ha sido trending topic en muchas redes sociales; el término "SIBO" fue acuñado por primera vez en la literatura médica en la década de 1970. El concepto de crecimiento bacteriano excesivo en el intestino delgado ha estado presente durante décadas. Fue ampliamente estudiado y definido por el Dr. Mark Pimentel, gastroenterólogo y profesor de medicina que ha sido fundamental en la investigación y definición contemporánea de esta condición. Su trabajo ha contribuido significativamente a nuestra comprensión del SIBO y su impacto en la salud gastrointestinal.
¿Qué es lo que lo causa?
El SIBO realmente es consecuencia de algo. No es propiamente una enfermedad como tal, sucede porque alguna circunstancia o varias en el intestino grueso produce un trastorno que hace migrar a las bacterias al intestino delgado. El origen del SIBO puede ser multifactorial, incluyendo alteraciones en la motilidad intestinal, estrés, anomalías anatómicas, cambios en la microbiota intestinal y trastornos del sistema inmunológico.
- Alimentación y estilo de vida: ultra procesados, snacks, chicles, aditivos… Llevar una alimentación muy monótona sin variedad de verduras y fibra. El estilo de vida como la vida sedentaria, el estrés, los ritmos biológicos, tóxicos como metales pesados, pesticidas o microplásticos también pueden influir.
- Intoxicación alimentaria: especialmente aquella causada por bacterias como Salmonella o Campylobacter.
- Fármacos: el uso prolongado de ciertos fármacos, como los antibióticos. Ya que han sido diseñados para matar bacterias, o los inhibidores de la bomba de protones (omeprazoles, pantoprazoles…).
- Enfermedades que afectan a la motilidad intestinal: como la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, alergias. Las inmunodeficiencias o autoinmunes como la celiaquía, lupus o la esclerodermia
- Fallo de factores protectores: mala salud oral como periodontitis, déficit de inmunoglobulinas A, falta de ácido gástrico, falta de enzimas pancreáticas o biliares.
Tipos de SIBO
Existen 3 tipos diferentes de SIBO según el gas con mayor cantidad encontrado:
- SIBO hidrogeno: El gas Hidrógeno H2 es el único que aparece como positivo
- SIBO metano o IMO: Elevada concentración metano CH4
- SIBO sulfuro: Elevada concentración gas sulfuro, H2S, o H2 y CH4 son igual a 0
Los 3 tipos de SIBO mencionados anteriormente también pueden coexistir en la misma persona, aunque es muy poco común. Estos diferentes tipos de SIBO tienen sus peculiaridades, aunque casi todos los síntomas son comunes. Existe un cuarto tipo de SIBO, el post infeccioso, adquirido después de una intoxicación y genera una autoinmunidad hacia el propio intestino.
¿Cómo puedo saber si yo tengo SIBO?
Para diagnosticar SIBO hay varias pruebas:
- Aspirado yeyunal: consiste en realizar una gastroscopia. Se extrae líquido de la segunda parte del intestino, el yeyuno, y se cultiva en unas placas especiales. Es la más exacta, sin embargo, es una técnica invasiva que normalmente no se utiliza tanto.
- Prueba de aire espirado: consiste en beber azúcar y soplar en unos tubos para determinar la cantidad de gases que han sido producidos por las bacterias durante la fermentación. Es la que más se utiliza en la clínica habitual por ser sencilla y económica y correlaciona bastante bien con el aspirado yeyunal. Si te haces esta prueba es importante que te asegures el tipo de azúcar, generalmente lactulosa o lactitol. Y que mire como mínimo 3 gases, hidrógeno, metano y sulfuro. La prueba es en ayunas de mínimo 12 h el día anterior se debe hacer una dieta específica de sólo proteína animal, y hay unas cuantas especificaciones más. Es un poco exigente, pero es importante seguirlas para que los resultados sean correctos. La dieta de sólo proteína animal suele sentar mal en el SIBO de sulfuro sin embargo en el de metano lo mejora.
La prueba del SIBO tiene sus pegas, es poco exacta y puede tener resultados falsos en más de un 30% de las personas. Aun así, es aconsejable hacerla, pero no imprescindible. En el caso de que fuera un SIBO post infeccioso se realizaría una prueba de los anticuerpos en sangre antivinculina y anti-CdtB.
¿Cómo puedo tratarlo?
Para tratar el SIBO, es esencial identificar y abordar las causas subyacentes del trastorno intestinal. Esto implica eliminar los desencadenantes y reparar cualquier daño en el tracto gastrointestinal. Se recomienda modificar el estilo de vida, incluyendo descanso adecuado, ejercicio regular y manejo del estrés. La dieta desempeña un papel crucial, optando por alimentos antiinflamatorios y evitando aquellos difíciles de digerir y fermentables. Los probióticos pueden ayudar a restaurar el equilibrio bacteriano en el intestino. Además, se pueden considerar suplementos básicos o tratamientos específicos para corregir deficiencias nutricionales o desequilibrios en la microbiota intestinal.
¿Probióticos? Añadir más bacterias a un sobrecrecimiento bacteriano parece un contrasentido, pero no lo es. Los probióticos que se utilizan son otras bacterias que compiten por ese espacio del intestino, fabrican vitaminas, triptófano y ácidos grasos de cadena corta como el butirato. Mejoran los niveles de oxígeno y la producción de moco protector que hay en el intestino.
Los tratamientos deben ser de 2 a 3 meses para que realmente reequilibren un SIBO, pero no todos los probióticos sirven. Son probióticos como el saccharomyces Boulardii Lactobacillus plantarum, l acidophilus y bifidobacterias, todos ellos en cantidad y de calidad suficiente. La última opción debe ser el antibiótico, aunque es la más frecuente, pero no un antibiótico cualquiera, si no es específico y ataca la microbiota en general. Es por ello que siempre se recomienda un tratamiento con probióticos tras un tratamiento antibiótico de cualquier tipo.
El que más se prescribe es la rifamixina por ser el más eficaz y seguro, no crea muchas resistencias. Sin embargo, su eficacia es del 50% y hay muchas recaídas, no está de más combinarlo con un prebiótico y probiótico. Es lo que mejora su eficacia, según el tipo de SIBO se combina con metronidazol o neomicina.
Tan importante como el probiótico es el prebiótico, el alimento de las bacterias, la fibra, pero tampoco una fibra cualquiera que puede dar gases y más hinchazón. Fibra soluble tipo inulina o psyllium del plantago, pero introduciendo poco a poco.
Además, existen plantas que pueden ayudar incluso han demostrado ser tan eficaces como un antibiótico sin sus problemas: aceite esencial de orégano: antibiótico antifúngico y antiparasitario. También plantas como la gayuba, el lapacho, tomillo, romero, curcuma, comino negro, árbol de té y muchos más. Algunas especialidades herbales los llevan combinadas, como es el caso del Digebiane SBO un aliado en la batalla contra el sobrecrecimiento bacteriano intestinal.
Esta fórmula avanzada, respaldada por la ciencia, está diseñada para abordar los desafíos del SIBO y restaurar el equilibrio intestinal de manera efectiva.
¿Qué contiene Digebiane SBo?
- Aceite esencial de jengibre.
- Aceite esencial de alcaravea.
- Aceite esencial de romero Quimiotipo* verbenona.
- Extracto de melisa.
- Vitaminas B2 y B12.
¿Cómo se toma Digebiane SBo y cuál es la duración del tratamiento?
La posología recomendada de Digebiane SBo es tomar de 1 a 4 cápsulas al día, preferiblemente con las comidas principales. Es importante seguir las indicaciones de un profesional de la salud para determinar la duración del tratamiento, ya que puede variar según la gravedad del SIBO y la respuesta individual al suplemento. Solo se recomienda para adultos y no debe utilizarse de forma prolongada. Tampoco debe tomarse con anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios y se desaconseja en caso de cálculos biliares, alergia a los Apiaceae y mujeres embarazadas o en período de lactancia. No se debe superar la dosis diaria expresamente recomendada.
¿Qué resultados puedes esperar con Digebiane SBo?
Al seguir un régimen de tratamiento adecuado con Digebiane SBo, muchos pacientes experimentan una reducción significativa en los síntomas del SIBO. Como distensión abdominal, gases, diarrea y malestar general. Además, este suplemento ayuda a restaurar la salud intestinal y promover una mejor absorción de nutrientes. Lo que puede conducir a una mejora en la calidad de vida a largo plazo.
En resumen, Digebiane SBo ofrece una solución efectiva para combatir el SIBO y restaurar la salud digestiva. Y si le añadimos prebióticos y probióticos con enzimas digestivos aún mejor. Contiene ingredientes respaldados por la ciencia y una posología conveniente. Este suplemento representa un paso hacia adelante en la búsqueda de alivio para quienes sufren de este trastorno gastrointestinal debilitante.
Debemos recalcar que es importante consultar con un buen profesional sanitario para desarrollar un plan de tratamiento personalizado que aborde las necesidades individuales de cada paciente y minimice los riesgos. Los suplementos no son inocuos y pueden tener contraindicaciones.
El SIBO puede llegar a ser una condición crónica en algunas personas, especialmente si no se abordan adecuadamente los factores subyacentes que contribuyen a su desarrollo. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, incluyendo cambios en el estilo de vida, dieta y manejo de posibles factores desencadenantes, muchas personas pueden experimentar mejoras significativas en sus síntomas y calidad de vida.
¿Es necesario seguir una dieta específica junto con el tratamiento para el SIBO?
Sí, seguir una dieta específica es una parte importante del tratamiento del SIBO. La dieta baja en carbohidratos fermentables (FODMAPs) y alta en fibra puede ayudar a reducir los síntomas y prevenir la recurrencia del SIBO. Es recomendable trabajar con un dietista o nutricionista para diseñar un plan de alimentación personalizado que satisfaga las necesidades nutricionales individuales y ayude a controlar los síntomas.
En resumen, el descubrimiento y la comprensión del SIBO son el resultado de décadas de investigación médica y científica liderada por expertos en gastroenterología y microbiología intestinal. A medida que continuamos aprendiendo más sobre esta condición, podemos desarrollar mejores estrategias de diagnóstico y tratamiento para ayudar a aquellos que padecen de SIBO a mejorar su salud digestiva y bienestar general.Aún hay mucho por descubrir.