alimentación y cáncer. la importancia de los alimentos durante el tratamiento oncológico
Numerosos son los problemas que rodean al paciente oncológico, ya sea por la propia enfermedad o por el tratamiento : astenia, alopecia, mucositis, diarrea, anorexia, náuseas, vómitos, y un largo etc… aunque la pérdida de peso, así como la desnutrición están entre los más frecuentes. Esto puede impactar de manera negativa en la evolución de la enfermedad, y en el estado de salud del paciente, generando numerosas
complicaciones en el estado de bienestar. De esta forma, una evaluación del estado nutricional
del paciente es la mejor forma de evitar problemas.
A pesar de que los tratamientos son cada vez más precisos y las terapias pretenden afectar a zonas muy
específicas, la quimioterapia y la radioterapia son los principales causantes de la aparición de
estos efectos secundarios, aunque es posible paliarlos en cierta medida con una correcta
alimentación (esta cuestión se desarrollará en la 2ª parte). Por ahora nos centraremos en unas
pautas de alimentación más generales, que igualmente deben ser personalizadas e
individualizadas según la situación del paciente en concreto.
Mitos
En numerosas ocasiones, demasiadas, a las personas en tratamiento oncologico se les recomiendan dietas poco habituales y con poca o ninguna evidencia científica, por lo que la dieta mediterránea sigue siendo un gran referente (pero no la única) para completar las carencias nutricionales producidas en esta etapa. Única y exclusivamente, cuando los alimentos no sean suficientes para satisfacer al completo la energía y los nutrientes que necesita el paciente, se recurrirá a otras alimentaciones como la enteral o parenteral.
Cierto es, que los aportes de macronutrientes serán ligeramente diferentes, pero no por ello hay que suprimir ninguno de éstos, siendo de gran importancia equilibrar la ingesta de hidratos de carbono, proteínas y grasas.
¿Cómo debería ser la nutrición de un paciente oncológico?
Como bien explicábamos anteriormente, las pautas deben ser personalizadas. Aunque el objetivo principal será mantener un estado óptimo de salud. Para ello, los objetivos principales serán evitar la pérdida de peso y la caquexia (no solo es una pérdida de peso, si no una disminución de la grasa corporal y músculo).
¿Cómo conseguiremos estos objetivos?
Para alcanzar estos objetivos necesitaremos tener un aporte correcto de calorías para evitar déficits, pero también debemos tener precaución para no producir una sobrealimentación.
Simultáneamente, los nutrientes también deberán estar equilibrados, siendo ligeramente superior la ingesta de proteínas para evitar la aparición de sarcopenia (disminución del músculo esquelético) y promover una mejora del sistema inmunitario.
¿Qué alimentos/hábitos debemos evitar?
A pesar de que este artículo está enfocado al paciente oncológico, no debemos olvidar que la prevención es nuestra mejor aliada, y es una herramienta que deberemos usar en nuestro favor en todo momento. Con esto queremos decir, que evitar la ingesta de ciertos alimentos y reducir algunos hábitos, nos ayudará a disminuir la aparición en potencia de ciertos tipos de cánceres. Como, por ejemplo: tabaquismo, alcoholismo, sobrepeso y obesidad, la actividad física insuficiente, el consumo excesivo de carne roja procesada, el exceso de sal, alimentos ricos en grasas saturadas, y la baja ingesta de frutas y verduras.
Algunas formas de cocinar los alimentos también pueden generar la aparición de sustancias carcinógenas, como los benizopirenos. Generalmente éstos aparecen cuando quemamos los alimentos, se cocinan en exceso, o están en contacto con el fuego/humo.
Por lo que evitar algunos factores de riesgo como, por ejemplo, la obesidad, nos ayudaría a reducir la aparición de diversos tipos de cáncer: endometrial, esofágico, renal, pancreático, hepatocelular, gástrico, meningiomas, mielomas múltiples, colon y recto, de mama en mujeres posmenopáusicas, ovario, vejiga y tiroides.
Recomendaciones nutricionales generales en el paciente oncológico.
Si recordamos lo anteriormente dicho, la dieta que tomaremos de referencia será la mediterránea. Por lo que las recomendaciones a seguir en nuestra alimentación serán:
• De 3 a 5 raciones diarias de verduras/frutas. El aumento en la ingesta de estos alimentos nos proporcionará una buena dosis de antioxidantes (necesarios para la reducción del estrés oxidativo producido por el tratamiento oncológico), y de fibra (algunos pacientes sufren estreñimiento en el transcurso de la quimioterapia/radioterapia).
• Aumento en la ingesta de proteínas. Normalmente la cantidad necesaria es de 0´8mg-1gr/kg/día, por lo que esta cantidad ascenderá a 1´5 grs/kg/día. Es decir, si unapersona de 60 kgs de peso necesita ingerir 60 grs al día de proteína, pasará a necesitar 90 grs. Con esto evitaremos algunos problemas como la caquexia y la sarcopenia (anteriormente mencionadas). Aquí, nuestros mejores aliados serán las carnes magras (pollo, pavo y la parte del solomillo), pescados blancos (merluza, bacalao, lenguado, etc...) y las legumbres (especialmente la soja, que es la de mayor contenido protéico, pero estará limitado en ciertos casos que veremos en la próxima publicación).
Hidratos de carbono: los encontramos en cereales, pastas y tubérculos), ya que los hidratos simples o azúcares (glucosa, fructosa, etc…) están relacionados con el incremento en la aparición de ciertos tipos de cánceres digestivos. Además, priorizaremos en las versiones integrales ya que aumentarán nuestro aporte en proteinas, vitaminas, minerales, y fibra.
• Grasas. Es muy importante una correcta ingesta de grasas para evitar un déficitcalórico, pero no debemos tomarlo a la ligera. Daremos prioridad a las grasas insaturadas frente a las saturadas, por sus propiedades beneficiosas a la hora de regular los niveles de colesterol HDL (comúnmente conocido como “bueno”) frente al LDL (o “archienemigo” de la película). En ellas, encontramos los famosos ácidos grasos omega 3,6 y 9, que tienen incontables propiedades beneficiosas a nivel cardiovascular y neurológico. Hacer hincapié en las grasas saludables de los pescados azules (ricos en ácidos omega) y en los frutos secos, que además nos aportarán vitaminas y minerales.
• Alimentos procesados. Si verdaderamente creías que el colesterol LDL era el malo de la película… estos alimentos no se quedan atrás. Se deben evitar a toda costa, y que son de muy baja calidad, precisamente por el contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, saborizantes, estabilizantes, conservantes, y un largo etc. En este apartado tenemos toda la bollería industrial y platos precocinados.
Además de estas recomendaciones la incorporación de hábitos como: una buena higiene del sueño, actividad física diaria, un buen estado de ánimo y una buena compañía, nos ayudarán a conseguir estos objetivos de una forma mucho más llevadera.
Si este artículo te ha gustado, a nosotros aún más porque nos encanta ayudaros con una información de calidad y que pueda facilitaros el día a día. No obstante, próximamente publicaremos otro artículo relacionado con la nutrición en el paciente oncológico según los efectos adversos, por lo que tendréis que estar atentos para coger apuntes ya que será muy interesante.
Este artículo ha sido escrito por César Enero farmacéutico en la Farmacia Principal 124 especialista en cuidado oncológico en nuestra unidad Hydroskin Oncology